Es verdad que los templos de Angkor son una pasada. Pero Camboya es mucho más que Angkor. Camboya es gente amable hasta más no poder, sitios donde comer compartiendo un plato de lentejas con la familia que lo regenta, naturaleza aún en estado puro y una capital vibrante con una envidiable vida nocturna.

Aunque yo sobrepasé con creces los 15€ diarios que me había marcado (se está convirtiendo en una costumbre… ), en Camboya puedes alojarte por cuatro duros y comer por mucho menos. ¿No crees que ha llegado la hora de darle la oportunidad a algo más que los famosísimos templos?

Resumiento, estos son los números de mi breve paso por este país maravilloso:

– ¿Cuál es la moneda de Camboya? El riel. Un euro son aproximadamente 4320 rieles. (Por cierto, me parece precioso el nombre de esta moneda…).

– ¿Cuántos días he estado allí? 15 días.

– ¿Dónde he dormido? En 9 camas diferentes.

– ¿Cómo me he movido? En 5 autobuses, 5 motos 3 microbuses, 3 bicicletas, 2 barcos, 1 tuc tuc y 2 camiones de reparto de cerveza. 🙂 

– Y ¿cuál ha sido el gasto total en Camboya? Pues como decía, más de lo que esperaba, pero aún así, una cifra que se puede permitir prácticamente cualquiera: 876000 rieles y 38 dólares.  Es decir, lo que en euros vienen siendo 349,58€ o, lo que es lo mismo, 23,30€ por día.

¿Cómo se distribuyeron estos gastos? Pues la verdad es que me he quedado un poco sorprendida cuando he hecho la cuenta, pero mi dinero se fue en:

– Transporte: 151000 rieles y 22 dólares (52,74€). Hay algunos transportes que son caros y que no puedes evitar de ninguna manera si quieres llegar a ciertos sitios, como los barcos para llegar a la isla de Koh Ta Kiev. Para compensar hice autoestop algunas veces y me quedé maravillada con la generosidad de los camboyanos. Antes incluso de pararme al borde de la carretera ya había gente preguntando que dónde necesitaba ir. ¡Y hasta un par de veces me recogieron los autobuses que cubrían el trayecto que yo quería hacer!

– Alojamiento: 187500 rieles y 12,5 dólares (53,61€).  Me resultó muy muy difícil encontrar gente dispuesta a alojar viajeros en Camboya; parece que la red Couchsurfing no está muy extendida por el país y sólo en Phnom Pehn fui capaz de encontrar alguien con quien quedarme. A cambio, se pueden encontrar opciones de alojamiento bastante decentes por pocos dólares.

– Comida y bebida: 346000 rieles y 26,75 dólares (99,8€). Con mucha diferencia, la comida y la bebida se llevaron la mayor parte del presupuesto en Camboya. ¿Será por una pastelería que encontré en Siem Reap que a partir de las 6 de la tarde tenía la bollería a mitad de precio (aunque reconozco que esto no es muy camboyano…) y que hizo salir a la gorda que vive en mí? ¿O serían los mercados que me pierden y hacen que no pueda resistirme a probar cualquier cosa? ¿O los absolutamente deliciosos cafés de esta parte del mundo a los que estaba totalmente enganchada?

– Actividades y visitas: 114000 rieles y 46 dólares (66,31€). La entrada de tres días en Angkor Wat cuesta 40$, así que entre eso y la excursión para ver los delfines del Irawadi, se va un buen pellizco en la categoría «Actividades». Sin embargo, ambos me parecen imprescindibles y, por tanto, dinero muy bien empleado.

– Visados: 37 dólares (33,15€).  Aquí no hay más vuelta de hoja. El visado para entrar en Camboya cuesta 35 dólares, más otros 2 que te obligan a pagar en concepto de «porque me da la gana y, si no, no pasas la frontera».

– Otros: 78000 rieles y 30 dólares (43,97€). Aparte de cosas normales como postales para mis sobrinos o repelente de mosquitos, la reparación de un objetivo de la cámara, que se había estropeado unas semanas antes, me hizo gastar mucho más de lo habitual en este apartado.  ¡Siempre hay que estar preparado para un imprevisto!

Para tener una idea más real de los precios, éstas pueden ser algunas orientaciones de gastos básicos:

– Habitación individual: 32000 rieles.

– Cama en habitación compartida: 8000 rieles.

– Almuerzo: 6000-10000 rieles.

– Botella de agua 1,5l.: 2000 rieles.

– Cerveza: 4000 rieles.

Venga, venga, amplía horizontes y, después de Angkor Wat atrévete a quedarte unos diítas más por ahí. 😉