Mucha gente, cuando decía que me iba a dar la vuelta al mundo, me contestaba… “¿pero solaaa? Ten cuidadito, que te puede pasar cualquier cosa por ahí”. Pues sí, por ahí me puede pasar cualquier cosa, pero en casa también.
Estoy convencida de que el mundo está lleno de buenas personas y de que la mayoría de la gente va a intentar ayudarte si está en su mano y lo necesitas. El poco tiempo que aún llevo de viaje me está demostrando que si además eres una mujer sola los demás se preocupan aun más por ti y tratan de protegerte si te hace falta.
Por eso, para ser agradecida con todo aquel que me ha tendido una mano estando lejos de casa, y para mostrar la de buena gente que hay por el mundo, me he propuesto dar las gracias diariamente a quien se lo haya merecido. Algunas son cosas sin importancia, una sonrisa o unas indicaciones para llegar a alguna parte, pero otras son detalles verdaderamente inesperados que te hacen tener esperanza en el género humano.
Estoy segura de que tras este viaje las “mil gracias” dejarán de ser sólo una expresión y se convertirán en una realidad.
– NOTA: Si quieres leerlo en orden cronológico tienes que empezar por el final. –
14 .01.16: 170.- Al señor que en el metro de Singapur me dejó los veinte céntimos que me faltaban para comprar mi billete.
13.01.16: 169.- A Marifé, la hermana de mi couchsurfer en Manila, por invitarme a cenar con su familia. 168.- Y a su hermano, John Paul por acompañarme a las tantas de la mañana a la estación de autobuses para que no me pasase nada.
12.01.16: 167.- Al conductor y el revisor del autobús de El Nido a Puerto Princesa, que me dejaron que me quedase a dormir allí cuando llegamos a la estación de autobuses a las tres de la mañana y yo no tenía hotel.
11.01.16: 166.- A la chica filipina dueña de uno de los albergues de El Nido, por invitarme a su cumpleaños y por buscarme unas chanclas de repuesto en cuanto vio que se me habían roto las mías.
10.01.16: 165.- A Ben, ese simpático mochilero alemán que me encontraba por todas partes, por volverse caminando conmigo y sin rechistar desde la playa de Las Cabañas hasta El Nido.
09.01.16: 164.- A Edgar, otro de mis vecinos en La Milagrosa, por preocuparse de que estuviese bien en todo momento, invitarme a un café para desayunar, compartir triciclo conmigo al llegar a Puerto Princesa y guiarme hasta el autobús que me llevaría hasta El Nido.
08.01.16: 163.- A Rhoda, Leticia, Lens, Joseph y Jade, los ocupantes de las literas vecinas en mi travesía desde Iloilo a Puerto Princesa, por hacerme sentir entre amigos desde el primer momento que puse un pie en el barco La Milagrosa.
07.01.16: 162.- Sin dudarlo ni un momento, a Jesús Noséquémás, un médico que, cuando llegué al hospital Saint Paul en Iloilo para ver si encontraba un tipo concreto de gasa para curar mi herida, se acercó a mí para ver si me podía ayudar en algo, se ofreció a verme la herida, me dio su opinión acerca de cómo veía la pierna y me deseó la mejor suerte en mi travesía en barco, aunque echándose las manos a la cabeza. Pero le tengo que agradecer sobre todo que, desde donde quiera que estuviese, se desplazó hasta el muelle y entró en el barco a buscarme, antes de que éste zarpase, sólo porque se dio cuenta de que había olvidado preguntarme si tenía puesta la vacuna del tétanos y quería hacerme saber la importancia de la misma. Porque éste ha sido el momento que hasta ahora más me ha tocado el corazón, por la preocupación extrema y desinteresada de un total desconocido y por lo que de él y gente como él estoy aprendiendo. Creo que no soy capaz de expresar con palabras el sentimiento de gratitud hacia este hombre.
06.01.16: 161.- A la señora que en el puerto de Iloilo se encargó de hablar con el guarda de seguridad para que me dejasen dormir en el barco esa noche, al no zarpar el barco que yo tenía que tomar hasta el día siguiente. 160.- Y al propio guarda de seguridad, Edgar, que dijo que sí, me dejó cargar la batería del móvil en el enchufe de su mostrador y no dejó de echarme piropos en todo el rato que estuve allí.
05.01.16: 159.- A esa señora encantadora a la que fui a comprarle el almuerzo para llevármelo en el barco, tal y como le había prometido la noche antes, y se desvivió por prepararme la mejor comida posible, regalándome dos fiambreras y todo, de su propia casa.
04.01.16: 158.- A los pescadores que me llevaron de gratis a la isla de Balicasag y me trajeron después de vuelta a Tagbilarán. Sólo para que yo disfrutase de una mañana en una isla paradisiaca.
03.01.16: 157.- Al chico al que le alquilé una moto en Bohol, por preocuparse de buscarme los horarios del barco a Palawan y de contarme que existe otro que te lleva gratis a la Virgin Island. Así, sin necesidad ni nada, sólo porque los filipinos son así de buena gente. 🙂
02.01.16: 156.- Al señor que en el barco de Cebú a Tagbilarán se preocupó de ayudarme a buscar un hostal donde quedarme esa noche, llamando incluso por teléfono para ver si tenían camas disponibles. 155.- Y al guarda de seguridad de un hotel en Tagbilarán, al que le pregunté cómo llegar al mío y, no sólo me lo dijo, sino que negoció con el conductor del triciclo un precio local para mí.
01.01.16: 154.- A Ignacio, auténtico maestro de la fotografía, por una pequeña lección con la humildad que tienen los grandes de verdad.
31.12.15: 153.- A todos y cada unos de los que hicieron que la noche de Fin de Año fuese mágica y especial.
30.12.15: 152.- A Claudia, María y Valeria, por esperarme cada vez que me quedaba por detrás en la caminata desde el norte de la isla hasta el pueblo de Malapascua.
29.12.15: 151.- A todos los malapascuenses, chicos y mayores, que, al ver la venda en la rodilla y el enorme moratón que ocupa toda mi pierna izquierda, se han parado a preguntar qué me ha pasado y cómo estoy.
28.12.15: 150.- A María, la mejor enfermera de Murcia, por preocuparse a diario de ver cómo evolucionaba mi rodilla. Y por regalarme su esparadrapo.
27.12.15: 149.- A todos los que durante el día de viaje a Malapascua han tenido un detalle conmigo al verme cojeando. Sobre todo, a los tres chavalines en moto que se ofrecieron a llevarme hasta el puerto de Maya para que no tuviese que andar el último kilómetro que me quedaba.
26.12.15: 148.- A todos los amigos de Denis y su hermana, que me integraron en su fiesta desde el principio, aunque no lograsen que cantase en el karaoke.
25.12.15: 147.- A Denis, por responder rápidamente a mi llamada de urgencia para pasar el día de Navidad con algún couchsurfer en Manila y por hacer que me sintiese totalmente acompañada a mi llegada a un nuevo país.
24.12.15: 146.- De nuevo a Thoung, a su marido, su tía y sus dos niños, por ofrecerme un sitio donde pasar la cena de Nochebuena, aunque ellos no la celebren. Por darme el calor de una familia que hace falta en esos días.
23.12.15: 145.- A Thoung que, sin conocerme de nada, tomó las riendas de mis días en Hanoi cuando más lo necesitaba y se convirtió en mi ángel de la guarda en Vietnam.
22.12.15: 144.- A Dung, la amable y simpática dueña de la cafetería Bong en Ha Giang, por permitir que pasase todo el día en su local, tras el accidente en moto y a la espera
21.12.15: 143.- A la pareja de holandeses (creo) que se paró justo después del accidente en moto que tuvimos en la remota zona de Ha Giang, en el norte de Vietnam, y darnos el agua que llevaba. 142.- Al señor que, cuando nos vio heridos, nos paró y nos llevó al puesto de urgencias que había en la aldea. 141.- A la enfermera que nos asistió, por limpiar mis heridas y preocuparse de que doliese lo menos posible.
20.12.15: 140.- Al recepcionista del hostal donde nos alojamos en la ruta, por su simpatía y su sonrisa perenne.
19.12.15: 139.- A Robert, un canandiense sesentón que me descubrió una maravillosa ruta en moto en Ha Giang y se ofreció a compartir moto para ahorrar unos dongs.
18.12.15: 138.- A la mujer de Tony, con un impronunciable nombre vietnamita, por empeñarse en que me quedase con la sudadera que su marido me prestó dos días atrás, porque hace demasiado frío para que yo vaya sin ella por la calle.
17.12.15: 137.- A Joan y Manu, una encantadora pareja de franceses, por enseñarme a hacer pulseras de hilo, por la agradable discusión acerca de lo importante en un viaje y por hacer, en definitiva, que la tarde fuese mucho más agradable.
16.12.15: 136.- A Tony, el dueño del hostal donde me estoy quedando en la isla de Cat Ba, por ofrecerse a dejarme una sudadera al ver lo frías que tenía las manos. Y es que en Cat Ba hace un frío que pela. A su mujer por, como todas las madres, colocármela bien de los hombros y cerrarle la cremallera.
15.12.15: 135.- Al personal del hotel donde me he quedado en Dong Hoi, por su amabilidad y su ayuda en todo lo que he necesitado, tratando de encontrar la opción más favorable para mí, algo que no siempre es fácil. En especial, a la chica que me redujo el precio del alquiler de la moto y tuvo la buenísima idea de echar un chubasquero bajo el asiento y al recepcionista, que me despidió con un abrazo y todo.
14.12.15: 134.- A la pareja de alemanes sin nombre que, en la estación de trenes de Hué, hicieron perfectamente el papel de ser mis mejores amigos cuando un vietnamita borracho demasiado pesado empezó a aproximarse más de la cuenta.
13.12.15: 133.- A Pedro, por su generosidad al acogerme en su casa y permitirme disfrutar de lujos enormes como agua caliente en la ducha, gel que huele bien, toallas limpias y fruta ya pelada y lista para comer.
12.12.15: 132.- A la chica del restaurante del hotel donde me estoy quedando, por ser tan simpática, por tener siempre la sonrisa en la cara y por preparar unos bocadillos de pollo tan deliciosos.
11.12.15: 131.- A Chantal, la holandesa errante, por darme compañía, de la buena, durante el día en Hoi An. ¡Y por ser la compañera perfecta para beber cervezas a 0,13€!
10.12.15: 130.- A Lam y Mai, una encantadora pareja vietnamita que me invitó a cenar en su humildísima casa, ofreciéndome hasta lo que no tienen. Por esa maravillosa, cena, por la inmejorable compañía y, sobre todo, por una magistral lección de lo que es la vida y de la inmensa suerte que tenemos en Occidente por disfrutar de ciertas cosas.
09.12.15: 129.- A Thao y Dennis, por la maravillosa acogida en su casa, haciéndome sentir como en la mía propia desde el primer momento, y por ese maravilloso almuerzo vietnamita que preparamos juntos.
08.12.15: 128.- Al guarda de seguridad de un hotel cualquiera de Nha Trang, que ha parado todo el loco tráfico de motocicletas sólo para que yo cruzase la calle.
127.- Y a un jovencísimo chico ruso por regalarme una rosa y desaparecer un segundo después.
07.12.15: 126.- A la abuela del hostel en Ciudad Ho Chi Minh que, mientras esperaba a que llegase mi autobús, me hizo un hueco a su lado en el sofá y me regaló una botella de agua. Todo, sonriendo como si fuese mi propia abuela.
06.12.15: 125.- A Carlos un joven argentino porteño que me hizo feliz siendo la primera persona desconocida que me dijo que había leído y conocía el blog.
124.- A Canh, un niño de 12 años, con un excelente inglés, anfitrión de la casa donde me alojé en el Delta del Mekong, por ser el alma de la fiesta y un excelente compañero de equipo jugando a las cartas.
05.12.15: 123.- A Van, una simpática chica de Ciudad Ho Chi Minh que, aunque no pudo alojarme en su casa, me dedico un rato de su tiempo, me llevó a un agradable paseo por la ciudad y me hizo probar alguna comida callejera que a mí nunca se me hubiese ocurrido comprar, como un arroz verde fosforito.
04.12.15: 122.- A la señora del autobús que me despertó cuando llegaba mi parada en los túneles de Cu Chi. 121.- Y a la señora que me preparó un bocadillo para almorzar, por dedicarme una sonrisa preciosa cuando le di las gracias en vietnamita.
03.12.15: 120.- A los camareros del sitio donde desayuné en Ciudad Ho Chi Minh, por ser tan sonrientes y simpáticos desde las 8 de la mañana.
02.12.15: 119.- A la chica vietnamita que venía sentada junto a mí en el autobús desde Camboya a Vietnam, por preocuparse de buscar en el mapa el sitio donde estaba mi hostal y cómo llegar desde donde me dejaba el autobús, aunque sólo hubiese que cruzar la calle.
01.12.15: 118.- A Green, mi couchsurfer en Phnom Penh, por recomendarme un sitio donde reparar mi objetivo estropeado y por pedir a uno de sus empleados que me acercase en moto. 117.- Y a éste último por acercarme, claro.
30.11.15: 116.- A la señora mayor que hace y deshace en la agencia Lucky Lucky de Phnom Penh, por invitarme a compartir su comida tras haberle alquilado una moto.
29.11.15: 115.- A Javi y Ophelie, una pareja que hacía voluntariado como guías en una plantación de pimienta en Kep, por lo bien que lo explicaron todo, por la alegría con la que me recibieron y por transmitir felicidad a raudales.
28.11.15: 114.- A los repartidores de cerveza que me recogieron en Sihanoukville cuando hacía autostop para ir a Kampot, por pararse y preguntar dónde iba cuando yo ni siquiera había empezado a intentar parar a un coche, por llevarme a comer a casa de uno ellos, con toda su familia, y por llamar a otros compañeros repartidores para que pudiera hacer la última parte del trayecto.
27.11.15: 113.- A la catalana Laura, por resultar ser una compañera de aventuras estupenda y buscar junta la aldea de pescadores perdida en Koh Ta Kiev.
26.11.15: 112.- A las chicas francesas con las que compartí barco en Kratie, a las que me volví a encontrar en la isla perdida de Koh Ta Kiev, por el efusivo saludo cuando me vieron de nuevo aquí.
25.11.15: 111.- Al señor que me acercó con su coche desde la parada del autobús hasta la zona de albergues en la playa de Otres, en Sihanoukville. 110.- Y al camarero de uno de los abarrotados hostels de la playa, que me ofreció una cama en su habitación si no encontraba ningún otro sitio libre.
24.11.15: 109.- A Simona, italiana que vive en Phnom Penh, por encargarse de que mi llegada a la capital camboyana fuese sencillamente genial, con cervecita, cena espléndida y charlas de lo más divertidas.
23.11.15: 108.- A la chica americana con la que coincidí en el autobús camino de Battabang, con un negocio de toallas de lino, que me dejó compartir con ella el tuc-tuc que la llevaría al hostel que tenía reservado.
22.11.15: 107.- A varias chicas de los puestos del mercado de Siem Reap, por el buen rato que pasé regateando con ellas para comprar algunas telas.
21.11.15: 106.- Al guarda de seguridad en Angkor, por darme todo tipo de explicaciones acerca de los templos, aunque fuese para que lo contratase al día siguiente como conductor de tuc-tuc.
20.11.15: 105.- Al chico del hostel donde finalmente me alojé en Siem Reap, por hacer todo lo posible por que nos sintiésemos como en casa.
19.11.15: 104.- Al dueño neozelandés de un hostel en Siem Reap, que me indicó amablemente dónde estaba realmente el hostel que yo estaba buscando, con un nombre muy parecido al suyo.
18.11.15: 103.- A las dos chicas francesas a las que no les importó que me uniese a ellas en la barca para avistar los delfies del Irawadi.
17.11.15: 102.- Al dueño del hostel donde me alojé en Kratie, por buscar otro ventilador en cuanto le dije que en la habitación hacía un calor insoportable.
16.11.15: 101.- A la cocinera del restaurante Crazy Gecko en Don Det, no sólo por hacer unos guisos para chuparse los dedos, sino por, encima, explicarme la receta de uno de ellos cuando se la pedí.
15.11.15: 101.- Al matrimonio dueño del restaurante donde estuve toda la tarde usando el wifi aunque sólo me había tomado un batido, porque no me quedaban más kips que gastar.
14.11.15: 100.- Al grupo de españoles que me avisó de lo fortísima que era la corriente en el río Mekong en Don Khon, cuando yo iba totalmente dispuesta a lanzarme a nadar.
13.11.15: 99.- A Aapo, quien no pudo ser acogerme en Vientiane pero se unió a mí en Don Det, enseñándome los mejores sitios de la isla.
12.11.15: 98.- A la chilena Mariana y a su compañera de Zimbabwe, por dejarme unirme a ellas para visitar la cueva de Konglor y así ahorrarme un dinerillo.
11.11.15: 97.- A una chica albina, tendera en un puesto de fruta, que me vendió mandarinas a un precio local, después de un rato de agradable charla.
10.11.15: 96.- A la gente como Mr. Wangwang, dueño de un negocio de alquiler de motos, que no sólo no desesperan cuando me pongo pesada regateando, sino que, con una sonrisa, acaban accediendo a hacerme algún descuentillo.
09.11.15: 95.- Al conductor vietnamita que, cuando ya llevaba casi una hora bajo un sol abrasador, decidió recogerme en mi camino hacia Thakhek y me regaló un RedBull y una granada. 94.- Y claro, también a la siguiente furgoneta que me recogió, para completar mi ruta, en la que viajaban un padre, su hija y su yerno, que compartieron conmigo su pollo y su maíz.
08.11.15: 93.- Al finlandés Lauri, el perfecto anfitrión, por la pasta vegetariana, las cervezas y ese pedazo de desayuno con yogur y queso de reno incluidos. Y, por supuesto, por el paseo en bicicleta, todas las recomendaciones para visitar Laos, los dos libritos de regalo y la invitación a la mejor hamburguesa del sudeste asiático. Finalmente, gracias por ese pedazo de dibujo.
07.11.15: 92.- A los dos chicos que me recogieron en Vang Vieng y me llevaron a Vientián, por lo divertido (aunque algo peligroso, para qué negarlo), del viaje bebiendo bierlao y comiendo grillos…
06.11.15: 91.- A la recepcionista del albergue donde me estoy quedando, por ser inmensamente simpática, por hacer su trabajo la mar de bien y por traerme un plato y unos cubiertos cuando vio que me estaba comiendo mi pescado de cena sobre una hoja de banano.
05.11.15: 90.- A ese jubilado en motocicleta, 89.- al conductor chino de tráiler que no hablaba más que chino 88.- y a un matrimonio laosiano encantador en furgoneta porque, con algún momento de incertidumbre, entre todos consiguieron que llegase de Luang Prabang a Vang Vieng sin gastar un céntimo.
04.11.15: 87.- A ese simpático señor que se puso a charlar conmigo mientras esperaba a su hija a la salida del instituto 86.- y a las maestras de un cole en Luang Prabang que, con una sonrisa, me dejaron asomarme por las ventanas para ver cómo son sus clases.
03.11.15: 85.- A Kwon por ofrecerme su casa para dormir en Luang Prabang y preparar un delicioso desayuno coreano.
02.11.15: 84.- A esa niña francesa dulcísima y encantadora, cuyo nombre no recuerdo, que ofreció una galleta de su paquete a cada uno de los que íbamos con ella en el barco de camino a Nong Khiaw.
01.11.15: 83.- A ese hombre chino que me recogió con su furgoneta en mi primera experiencia de autostop en Laos, cuando parecía que ya no iba a pasar nadie por esa carretera perdida a Muang Khua.
31.10.15: 82.- Al conductor de la pick-up que nos recogió al final del sendero y nos llevó al pueblo, ahorrándonos un par de kilómetros de caminata y de sol abrasador cuando ya estábamos reventados.
30.10.15: 81.- A todos los chicos del grupo de trekking que nos acogió, y a su guía, cuando vimos que el nuestro no hablaba ni una palabra de inglés. Por los buenos ratos, las risas y los conocimientos transmitidos.
29.10.15: 80.- A la italiana Michela, que se vino conmigo a Phongsali, haciendo las 11 horas de autobús más llevaderas.
28.10.15: 79.- A la familia que nos guardó las mochilas mientras dábamos un paseo por la macrofiesta organizada con motivo de las carreras de barcos en Luang Namtha.
27.10.15: 78.- A todo el pueblo de Luang Namtha, por acogernos como uno más en el mágico y maravilloso festival de Loi Krathong y a aquellos que nos ayudaron a prender nuestra propia lámpara.
26.10.15: 77.- De nuevo a René, por prestarme su bicicleta para dar un paseo maravilloso por los alrededores de Luang Namtha.
25.10.15: 76.- A Blaz, Jan y Matei, tres eslovenos encantadores, por hacer mis días en Luang Namtha mucho más entretenidos.
24.10.15: 75.- A Rene, el couchsurfer que me hospedó en Luang Namtha, por esa barbacoa nada más llegar a su casa, con pinchitos de buey para reventar y cantidad de amigos laosianos.
23.10.15: 74.- A Andrea, la chica peruana que trabajaba en el albergue donde me quedé a dormir en Chiang Khong, antes de cruzar la frontera tailandesa con Laos, por ofrecerse a dejarme algo de dinero si me hacían falta más baths para desayunar.
22.10.15: 73.- A la tendera del puesto del mercado de Chiang Rai donde compré mi almuerzo, por intentar hacerse entender a pesar de que no hablaba ni una palabra de inglés.
21.10.15: 72.- A las estudiantes que se quedaron pendientes de mí en el autobús de camino a la casa de mi couchsurfer en Chiang Rai, para que me bajase en el lugar correcto.
20.10.15: 71.- Sin dudarlo ni un momento, a esa maestra birmana, compañera del viaje de Yangón a Hpa An, que se tomó la molestia de traducirme la película entera que nos pusieron en el autobús y todas y cada una de las canciones del karaoke que le siguió pero, sobre todo, por darme la mitad de su comida al darse cuenta de que yo no pedía nada porque no me quedaban kyats.
19.10.15: 70.- A Jason, un americano que lleva 25 meses viajando y que por unas horas fue mi compañero de habitación en el dorm de Bagán por, en lugar de ser un incordio dejar de tener la habitación para mí sola, convertirse en la mejor de las compañías posibles.
69.- Y a los niños con los que me encontré en la excursión de ese día, por jugar conmigo y reír alto y claro. 🙂
18.10.15: 68.- A Paul y Johanna, por llevarme con ellos a ver el amanecer en Bagán, una de las cosas más espectaculares que he visto hasta ahora.
17.10.15: 67.- Al señor de la tienda de alquiler de motos eléctricas que, aún no sé por qué, me la alquiló por tres días al precio que costaba una en el resto de tiendas. Y funcionaba y todo. Y por, encima, hacerlo con una sonrisa.
16.10.15: 66.- A esa señora que, a horas intempestivas, hizo un esfuerzo por ponernos por delante algo de “tatalu”food (comida vegetariana), dándonos incluso la ensalada de hojas de té que se estaba comiendo ella misma.
15.10.15: 65.- Al señor de la lavandería, simplemente por acudir a su trabajo con la sonrisa puesta. Así, hasta lavar la ropa es más agradable.
14.10.15: 64.- A Guillaume, Fanny, Peter, Marie, Romain, Franziska y Lena, por formar un grupo de trekking tan estupendísimo, que hizo que los dos días de Kalaw a Lago Inle fueran sencillamente memorables.
13.10.15: 63.- A las cocineras del refugio donde nos quedamos a dormir a mitad del trekking, por hacer una de las mejores comidas que he probado en Birmania pero, sobre todo, por el plátano frito de postre.
12.10.15: 62.- A Aki, de Ever Smile, por atendernos con tanta simpatía a pesar de mi presión para que nos redujese el precio de la excursión hacia el lago Inle. Y por ofrecerse a comprarme un impermeable nuevo.
11.10.15: 61.- A las mujeres que nos alojaron en su casa durante la ruta de senderismo, por su sonrisa constante y por aguantar a ocho europeos danzando de un lado a otro y preguntando cosas sin parar.
10.10.15: 60.- A Jeff, Caroline, Guillaume, Fanny, Daniel, Johanna, Paul y al guía Sonai, por las risas en la ruta de senderismo hacia //buscar nombre del pueblo//, por el buen ambiente general y por el rato mirando las estrellas.
09.10.15: 59.- A los dos turistas que evitaron que me perdiese de camino a las cascadas de Hsipaw indicándome que me mantuviese “alejada de las vacas”.
08.10.15: 58.- A las dos decenas de hombres que durante cinco horas estuvieron trabajando en los bajos de uno de los vagones del tren donde iba de camino a Hsipaw, para volver a ponerlo en su sitio después de que descarrilase.
07.10.15: 57.- A Jo-Jo y Nai-Nai, dos hermanos taxistas jovencísimos, por el maravilloso tour que nos hicieron por los alrededores de Mandalay. Por esperaros pacientemente en cada punto en el que nos parábamos y por hacer el día tan agradable con ese carácter servicial, ingenuo y dulce.
06.10.15: 56.- A esa señora de un puestecillo ambulante del mercado nocturno de Mandalay que, con cara maternal, me dio una pieza más de fritura de la que correspondía. Me juego el cuello que por la cara de cansancio y de hambre que yo debía de tener después de horas pateando la ciudad.
05.10.15: 55.- Por segundo día, a Ana y Carlos, por esos abrazos sinceros a la hora de despedirnos. Porque los abrazos con cualquier ser querido -o incluso sólo medio querido- son lo que más echo de menos estando lejos de casa.
04.10.15: 54.- Al señor del ¿restaurante? donde comí, que me dió a probar un par de gambas, para que no me quedase yo con la pena.
03.10.15: 53.- A Carlos y Ana, de Madrid, que me adoptaron durante la búsqueda de la habitación más barata de Ngwe Saung y durante todo el resto del día y de los días en ese paraíso birmano.
02.10.15: 52.- A otro chico con moto más, que me llevó a la otra punta de Ngwe Saung sin pedir ni un solo kyat.
01.10.15: 51.- A William, ese azafato de Yangón que me llevó a ver las mejores vistas de la ciudad, me cantó el cumpleaños feliz y me sorprendió con una tarrina de helado a modo de tarta. 50.- Y a Matt, mi couchsurfer en Yangón, y las tres chicas que también se quedaban en su casa, que volvieron a felicitarme con otra tarrina de helado. (Se ve que las tartas no se estilan en Birmania)
30.09.15: 49.- A ese señor, guía turístico de profesión, que se nos unió en la pagoda Shwedagon y nos explicó historias y leyendas durante más de media hora, por amor al arte y sin pedirnos un solo kyat.
48.- Cómo no, a las tres chicas de Free Yangon Walks, que durante más de dos horas te hacen sumergirte en el Yangón colonial, con una sonrisa, con decenas de explicaciones y con el buen humor de quien disfruta de lo que hace. Y todo, completamente gratis.
29.09.15: 47.- De nuevo a Becky, con quien he vuelto a coincidir, por pasar tan buen rato corriendo entre palomas frente a un muelle en Yangón.
28.09.15: 46.- Al vendedor de tickets de la estación de Kyaikto, que me reservó un asiento en la surrealista tercera clase de un tren birmano, algo que normalmente no se hace, y me acompañó al vagón para que nadie me pusiese pegas.
27.09.15: 45.- A ese señor birmano, antiguo marino, que conocía Sevilla y Huelva y hablaba perfecto inglés, por invitarme a sentarme a su mesa y por invitarme a desayunar. Así, porque sí.
26.09.15: 44.- A todos y cada uno de los niños birmanos que a cada paso me han ido saludando con una enorme sonrisa y un tímido “Minglavá!”.
25.09.15: 43.- A la señora del puesto de fritanga en el mercado nocturno de Hpa-An, que aguantó muerta de risa mis tonterías para intentar averiguar qué era cada cosa que estaba friendo.
42.- A Becky, mi otra couchsurfer en Mae Sot, por acercarme con su motillo a la frontera con Birmania para que un tuviese que coger un taxi.
41. Al chico que en el Puente de la Amistad, el que separa –o une– Tailandia y Birmania, se dio cuenta de que se me había caído mi carné de estudiante (sí, has leído bien) y vino corriendo a devolvérmelo.
24.09.15: 40.- A los chicos de Colabora Birmania, por la mostrarme el maravilloso trabajo que están realizando con los niños desplazados birmanos. Fue todo un placer pasar con vosotros la mañana.
23.09.15: 39.- A David, uno de mis couchsurfers en Mae Sot, por ir a buscarme dos veces a la estación de autobuses. La primera, a las 7:35am, porque se equivocó, y la segunda, a las 7:35pm, para recogerme de verdad.
22.09.15: 38.- A Pinan, antiguo monje budista y dueño de la Mindful Farm, por compartir con todos los voluntarios de la granja sus conocimientos sobre permacultura y agricultura orgánica.
21.09.15: 37.- A Jehanne, por acompañarme en cuanto me corté con un cuchillo con una hoja de 40 cms de largo y cuatro dedos de ancho, por buscar mi botiquín en mi mochila, darme aire con un folleto y ayudarme a lavar la herida.
20.09.15: 36.- A Noriko, por dejarnos tener WiFi a través de su teléfono para que conectásemos un rato con el mundo más allá de la granja.
19.09.15: 35.– A las dos chicas alemanas y una francesa con las que compartí viaje en furgoneta de camino a la granja en la que estaré de voluntaria durante unos días y aprenderé a meditar, porque hicieron el camino mucho más llevadero e hicieron que ni se notasen las curvas.
18.09.15: 33 y 34.- De nuevo a Rosa, mi couchsurfer en Chiang Mai, por volver a aceptarme improvisadamente en su casa de un momento para otro. Y a pole, la chica canadiense que en ese momento se alojaba allí, por su dulzura y sus canciones con guitarra incluida.
17.09.15: 32.- Al chico israelí, cuyo nombre no recuerdo, que me llevó de paseo por Pay y me enseñó el mejor restaurante vegetariano del pueblo.
16.09.15: 31.- A William y Tom, a Mark y Arta, por hacer más que agradable la excursión al norte de Chiang Mai. Porque gracias a vosotros estuvimos riendo la mayor parte del tiempo.
15.09.15: 29.- A los siete amigos tailandeses que me recogieron con su coche cuando estaba haciendo autostop para llegar al Doi Inthanon (sí, Mamá, lo siento), porque sin ellos no hubiese podido llegar desde tan lejos. Por recogerme, por cederme el mejor sitio en el coche y por llevarme de excursión dentro del parque.
30.- Y al chico en moto que se ofreció a llevarme de nuevo al pueblo, sin ni siquiera haberlo pedido, cuando ya iba de camino de vuelta.
14.09.15: 28.- De nuevo a Flo, por llevarme otra vez en moto a casa cuando, después de que nos parase dos veces la policía y dos veces tuviésemos que pagarles para que no nos pusiese una multa mayor, decidí que no seguía adelante con la excursión y me quedaba en Chiang Mai.
13.09.15: 27.- A la masajista del sitio donde entramos a hacernos un masaje Rosa, Florian y yo, por ser tan simpática, tan buena masajista y por no dejar de hacernos reír en toda la hora.
26.- Al monje que nos atendió y estuvo charlando con nosotros durante más de dos horas, por contestar pacientemente a todas nuestras preguntas acerca del budismo y la vida de los monjes y por darnos una lección de vida con sólo 22 años.
12.09.15: 25.- A Rosa, mi couchsurfer en Chiang Mai, que no puso absolutamente ninguna objeción a que yo llegase a su casa a las 5 de la mañana y se levantó a abrirme la puerta a esa hora.
11.09.15: 24.- A ese motorista que a las 6 de la mañana se ofreció a llevarme a la estación de autobuses de Phitsanulok, con un “soy católico” como presentación y un “Aleluya” como despedida.
23.- A los trabajadores de la oficina de información de la estación de autobuses de Phitsanulok, que me permitieron dejar allí mi mochila el día entero y me la devolvieron intacta cuando fui a recogerla.
22.- Al vendedor de los billetes de la estación de trenes de Phitsanulok que, al preguntarle por un café con wifi, me dio las claves del de la estación.
10.09.15: 20 y 21.- Al señor que me montó en su coche para atravesar una aldea llena de perros que me querían atacar. O eso me parecía a mí. Y al que me cruzó también a la vuelta aunque ya no hubiese ningún perro.
09.09.15: 19.- A Florian y el vecino alemán de la habitación de al lado, por el ratito de charla tras la cena.
08.09.15: 18.- A Wasu, mi couchsurfer en Ayutthaya, por llevarme de paseo por todos los templos de la ciudad.
07.09.15: 16 y 17: Al chico que en el tren de camino a Ayutthaya se preocupó de avisarme de cuál era mi parada y al revisor, que me ayudó a bajar del tren.
06.09.17: 15.- A Arlet, la instructora de buceo de Pura Vida que me saludaba con una sonrisa enorme cada vez que me la cruzaba y que me avisó de que se podía entrar en el barco mucho antes de que zarpase, para coger un buen sitio y poder echarte a dormir.
05.09.15: 14.– A Salva, el instructor de buceo de la escuela Pura Vida, por sus explicaciones en el curso recordatorio y por su paciencia con todos nosotros.
04.09.15: 13.- A Rubén y Lucía, de Algo que recordar, por la cervecita tan buena que echamos viendo atardecer en el Sea Side.
03.09.15: 12.- A María, la chica catalana que me recomendó visitar el Parque Nacional de Ang Thon.
02.09.15: 11.- A Florian, ese austriaco enorme con una motocicleta minúscula que se ofreció a llevarme de vuelta a mi hotel para que no tuviese que cruzar la isla de Koh Tao entera a pie.
01.09.15: 10.- Al chico del autobús que me acompañó hasta la estación de tren para ayudarme a comprar el billete a Koh Tao y evitar que me timasen.
31.08.15: 9.- A Faii por aceptar mi solicitud en Couchsurfing y salir conmigo a cenar, aunque yo cancelase mi estancia en el último momento.
8.- A la médico del hospital de enfermedades tropicales de Bangkok, por explicarme claramente y con mucha paciencia todas las vacunas que se necesitan para viajar por el sudeste asiático.
30.08.15: 7.- A Juan Manuel, el peruano que me invitó a sentarme a su mesa para no cenar sola en Kao Sahn road.
29.08.15: 6.- A Vega, Tanken y Kali, por pasar tan buen rato juntos en el mercado flotante de Taling Chan.
28.08.15: 5.- A Pedro, por llamarme y estar un rato charlando conmigo.
4.- A Laura y Mónica, las chicas catalanas que estaban en la misma casa que yo, por sus charlas sobre viajes e ilusiones al llegar a casa.
27.08.15: 3.- A Vega, por cederme su colchón para dormir en mi primera noche en Bangkok.
26.08.15: 1 y 2-. A mis padres, por pegarse la paliza de llevarme a Málaga para coger el avión y levantarse a las 4 de la mañana para llegar a tiempo. Y a Ana Mora, por cedernos su casa para que pudiésemos levantarnos a las 4 en lugar de pasar la noche en blanco en la carretera.
¿Qué, hay buena gente en el mundo o no?
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