La herencia francesa de Laos me salió cara. Pasteles que quitaban el sentío y bocadillos de todo tipo en pan de baguette, hicieron que me fuese más difícil de lo esperado controlar el gasto.

La herencia francesa de Laos me salió cara. Pasteles que quitaban el sentío y bocadillos de todo tipo en pan de baguette, hicieron que me fuese más difícil de lo esperado controlar el gasto.
Hay muchas similitudes entre todos los países del sudeste asiático, por lo que hay cosas a las que acabas acostumbrándote. Aun así, hay unas cuantas que siguen siendo dignas de mención.
Si vienes a Si Phan Don, y más concretamente a Don Det, corres el riesgo de quedarte aquí atrapado por tiempo indefinido.
Tras 450 km y tres días sobre una moto, te alegra haber descubierto una de las cosas más bonitas y divertidas que tiene Laos: la libertad del Thakheh Loop.
¿Cómo es vivir sin una pierna? ¿Cómo es, de repente, levantarte y tener que cruzar un puente de madera con una prótesis y una muleta? ¿Cómo se acostumbra uno a la pérdida de una extremidad?
Después de abandonar Luang Prabang pones rumbo a uno de los destinos más turísticos de Laos haciendo autostop, por ahorrar algo de dinero y ver qué gente conoces.
Cualquiera de las Luang Prabangs es bonita, la bonita y la de verdad. Es bonita la mires por donde la mires y parece que la pusieron ahí adrede.
Cierra los ojos y piensa un deseo. Ahora imagina la forma más bella en la que te gustaría estar pidiendo ese deseo. A poco que pienses es fácil que te venga la celebración de Loi Krathong a tu mente.
Llegar a Laos es como meterte en una tinaja de aceitunas o estar en el centro de una lechuga. Todo es verde, no hay otro color.