Descubre las diez plazas con más encanto de la ciudad de Sevilla y sal a patearlas todas
No lo voy a negar: vivo enamorada de Sevilla. Aunque no es mi ciudad de nacimiento sí es mi tierra de adopción y, a pesar de no sentirme sevillana por los cuatro costados, por lo menos por un par de ellos sí que lo soy.
Me parece bonita a rabiar. Alegre, luminosa, con un tamaño que sigue siendo manejable. Y a pesar de llevar más de veinte años viviendo aquí, sigue reservándome rincones para enseñármelos poquito a poco, sin prisa. Como un pequeño regalo que me hace cada vez que le dedico el tiempo de pasear sin rumbo por su centro histórico, uno de los más grandes de Europa.
Después de todo este tiempo en la ciudad, quiero compartir contigo las que me parecen sus diez plazas más bonitas. ¡Pero ojo, que hay muchas más y ha sido difícil seleccionar! Así que, si te sientes con ganas, no te limites a estas diez y continúa explorando por tu cuenta. No te va a decepcionar.
Mapa con las mejores plazas de Sevilla
Para empezar a situarnos, qué mejor que hacerlo con un mapa de la ciudad en el que ya tienes señalados todas los rincones de los que te voy a hablar a continuación. ¡El mapa de las plazas más bonitas de Sevilla!
Solo tienes que pinchar sobre los diferentes iconos rojos con una cámara fotográfica para encontrar la ubicación exacta de cada una de las plazas.
Ahora sí, vamos a por esas plazas que sin duda te van a cautivar y donde podrás hacer algunas de las mejores fotos de la capital andaluza. ¡Sígueme para no perderte ninguna!
Plaza de España
Queramos o no, tenemos que comenzar este listado por la preciosa plaza de España, la reina de las plazas en Sevilla. Es famosa, pero es que lo merece.
Fue concebida en estilo regionalista por el arquitecto sevillano Aníbal González para la exposición iberoamericana que se celebró en la ciudad en 1929 y albergaba el pabellón que representaba a España.
La plaza tiene forma semielíptica y sus dos alas simbolizan el abrazo a las antiguas colonias, mientras que la estructura está orientada hacia el río Guadalquivir como el camino a seguir para llegar a América.
Alrededor de la plaza se encuentran azulejos que representan a cada una de las provincias españolas, excepto la propia Sevilla y las de las islas Canarias, que en el momento de construcción de la plaza figuraban como una única provincia. ¡Es parada obligatoria buscar el azulejo de tu provincia y hacerte una foto delante!

Hoy día los pabellones de la plaza albergan la sede de la Delegación del Gobierno en Andalucía, la Capitanía General y el Museo Histórico Militar de Sevilla.
Como curiosidad, aunque es bastante posible que ya lo sepas, la plaza de España es uno de los sitios más cinematográficos de la ciudad. Ha servido como escenario para producciones tan archiconocidas como La Guerra de las Galaxias, donde era el palacio real del planeta Naboo en El ataque de los clones, o Lawrence de Arabia, como cuartel general británico en El Cairo.
Pero, independientemente de que te guste el cine o que hayas sido capaz de reconocerla en alguno de estos filmes, la plaza de España debería ser parada obligatoria en cualquier visita a Sevilla. A mí me parece realmente asombrosa y digna de que te quedes un rato paseando por allí, buscando el ángulo perfecto para hacer una foto o incluso animarte a dar un paseo en barca en el canal que la recorre.
Por si te faltaban alicientes para visitarla, otro de los atractivos de esta impresionante plaza es que se encuentra en el interior del Parque María Luisa, uno de los más bonitos y frondosos de la ciudad, así que después de disfrutar de ella puedes dar un agradable paseo por estos jardines o incluso llevar algo preparado y hacer un picnic sobre el césped.
Si quieres tener más información sobre esta maravilla de plaza puedes consultar mi guía completa de la Plaza de España, con todos los datos que necesitas para visitarla.

Plaza Virgen de los Reyes y plaza del Triunfo
Las plazas del Triunfo y Virgen de los Reyes también tienen que aparecer aquí por fuerza. Todos los edificios históricos que tienen alrededor son tan sumamente impresionantes que es imposible dejarlas fuera.
Ambas están conectadas, una junto a la otra, y rodeadas por monumentos como la Catedral con la Giralda, el Archivo de Indias, los Reales Alcázares o el Palacio Arzobispal. Como puedes imaginar, estas dos plazas forman parte del corazón de Sevilla y son paso obligado para conocer la ciudad.
Por suerte, están peatonalizadas, lo que las hace cómodas para caminar y disfrutar de ellas. Pero realmente te recomiendo ir todo lo temprano que puedas, porque a partir de las 10 de la mañana empiezan a llenarse tanto de turistas que, al menos a mí, se me dificulta un poquito el disfrute.
Bueno, si no has sido capaz de llegar temprano y ya está de gente hasta la bandera, aprovecha para tomarte un montadito de pringá en Las Columnas (Bodega Santa Cruz) y un vino de naranja con chicharrones de Cádiz en la bodeguita Peregil. Todo en la calle Mateos Gago, ahí al lado. 😉
Patio de Banderas
El Patio de Banderas, que debe su nombre a las banderas que había pintadas sobre la puerta por la que se accede al patio desde la plaza del Triunfo, es una de las plazas más particulares que veremos en este recorrido. Y lo es por su origen, pues se trata, ni más ni menos, que del antiguo patio de armas de los Reales Alcázares de Sevilla. Es más, su origen como dependencia del Alcázar se puede ver en uno de los muros cercanos a la actual puerta de salida del mismo, donde se aprecian restos del Jardín del Yeso, un importante ejemplo de arte almohade visitable dentro del recinto del palacio.
Otro de los elementos que la hacen característica es su pavimento de albero en la parte central, que recuerda su pasado como picadero de caballos. Además, este suelo esconde y protege los restos de una basílica paleocristiana, descubierta en los años 70, pero que volvió a ser tapada para evitar su deterioro.
Curiosamente, durante mucho tiempo tuvo un ambiente más propio de un patio de vecinos que de plaza, dada la posibilidad de cerrar las puertas que le dan acceso. Por cierto, desde una de ellas, la que conecta con la judería, tendrás una de las estampas más bonitas de la Giralda. ¡No te olvides de echar un vistazo!

Plaza de Santa Marta
A pesar de la majestuosidad y lo artístico de las plazas anteriores, mi favorita es sin duda la placita de Santa Marta, y no porque haga honor a mi nombre, sino porque es pequeña, humilde, sencilla… y un remanso de paz en todo el corazón de la ciudad.
A las espaldas de la catedral, y de lo que en el siglo XIV era el hospital de Santa Marta, cada vez que voy a esta plaza me sigue pareciendo mágico cómo desaparece cualquier ruido conforme te adentras en el callejón que conduce a este rincón tan especial.
Lo dicho, un lugar en el que sentarse a descansar, a despejar la mente o a reponer fuerzas a la sombra de los naranjos más altos de Sevilla.
Plaza del Cabildo
Si ya has ido a Sevilla alguna vez es bastante posible que te haya llamado la atención que la catedral, a pesar de lo grande y lo bonita que es, no tenga una plaza frente a su fachada principal, desde la que poder contemplarla con perspectiva en todo su esplendor, como ocurre con la mayoría de grandes templos del mundo. Pues bien, el sitio que correspondería a esta plaza lo ocupa la del Cabildo.
Resulta que a principios del siglo XX se creó un proyecto para construir una plaza que diera amplitud y visibilidad a la catedral y se derribaron para ello los edificios que había frente a la iglesia. Pero en el transcurso de los trabajos se encontraron restos de la muralla almohade de la ciudad. Al no saber qué hacer con ellos, unido al altísimo coste que estaban teniendo las obras, el Ayuntamiento decidió cambiar de planes y acabó construyendo la plaza del Cabildo. La descubrirás justo enfrente de la catedral, al otro lado de la avenida de la Constitución, tras adentrarte por un pasaje en los bajos de un edificio. Ese es uno de sus encantos: estar escondida, abrirse ante tus ojos cuando menos lo esperas. Otros, su características forma semicircular, sus arcadas con pinturas al fresco y los restos visibles de la muralla almohade.
Finalmente, otra de las particularidades de esta plaza es el mercadillo de filatelia y numismática que se celebra en su interior todos los domingos.

Plaza de Doña Elvira
Si entramos, deambulamos y nos perdemos por las laberínticas calles del barrio de Santa Cruz, antigua judería de la ciudad de Sevilla, encontraremos multitud de rincones pintorescos y plazas típicas dignas de postal.
Una de las que a mi juicio tiene más encanto es la de Doña Elvira, rodeada por edificios típicos sevillanos y cuajada de naranjos, bajo los que sentarse un rato a protegerse del insistente sol sevillano.
En los siglos XVI y XVII hubo es este lugar un corral de comedias donde el mismo Cervantes estrenó alguna de sus obras, hasta que las comedias fueron prohibidas por el Ayuntamiento.
También cuenta la leyenda que aquí tenía su palacio Don Gonzalo de Ulloa, comendador de Calatrava y padre de Doña Inés, el amor imposible de Don Juan Tenorio, inmortalizado por José Zorrilla.

Plaza de la Santa Cruz
En uno de los laterales del barrio de Santa Cruz se esconde esta plaza, característica por la elaborada cruz de forja del siglo XVII que la preside, conocida como la Cruz de las Sierpes, por haber estado situada en sus orígenes en la céntrica calle Sierpes.
Pero si algo me atrae en esta plaza, además de que sea bonita, que lo es, es el ejemplo claro que nos da de cómo van modificándose las ciudades a lo largo de los siglos y cómo la historia habla a través de sus edificios (o la ausencia de ellos, en este caso).
El espacio donde se abre la plaza de la Santa Cruz es el sitio que dejó la iglesia de la Santa Cruz, que daba nombre al que hoy es el barrio más turístico de Sevilla, el barrio de Santa Cruz, antigua judería. La iglesia se levantaba en esta plaza desde 1391 hasta que fue derribada en el siglo XIX por su mal estado tras la invasión francesa.
Pero lo que me parece fascinante no es que aquí hubiese una iglesia y ya no la haya, sino que esta iglesia había sido anteriormente una sinagoga, precisamente hasta 1391, fecha en la que se produce el asalto a la judería y su desaparición como tal. Y más aun, que esta sinagoga era anteriormente una mezquita que fue entregada a los judíos para su culto, así que hablamos de un lugar que, a lo largo de los siglos ha formado parte de las tres culturas principales que habitaron la ciudad.
Por cierto, para darle otro toque de historia, y también de misterio a la plaza, en esta iglesia estaban enterrados los restos de Murillo, el pintor, pero tras su demolición no fueron capaces de localizarlos más.

Plaza de San Francisco
La plaza de San Francisco, a espaldas del Ayuntamiento, ha pasado por muchísimos nombres diferentes a lo largo de la historia, reflejando la mayoría de las veces los devenires políticos del momento. En 1980 se le devolvió el nombre que tuvo cuando Sevilla pasó de manos musulmanas a cristianas, allá por el siglo XIII: plaza de San Francisco. Y ese es el que mantiene, al menos por ahora.
Esta plaza ha sido un punto neurálgico de la ciudad a lo largo del tiempo, llegando a hacer las funciones de plaza mayor y albergando los principales poderes civiles. Además, era escenario de celebración de los autos de fe de la Inquisición, corridas de toros o torneos.

Plaza de la Encarnación y Metropol Parasol (Las Setas)
Hace unos años, cuando Las Setas estaban en construcción, no podía imaginar que diría esto. Yo era de las reacias a creer que un edificio tan moderno encajaría bien en el corazón de la Sevilla más clásica. Pero me he tenido que tragar mis palabras (y la verdad es que lo hago con gusto) y a día de hoy la Encarnación, y su contraste con el Metropol Parasol, conocido por los sevillanos como Las Setas, se ha convertido en una de mis plazas favoritas.
Desde que llegué a Sevilla en el año 97 había conocido media plaza de la Encarnación tapiada, ocultando el solar que quedó cuando en los años 70, al disponerse a sustituir el antiguo mercado de abastos por otro más moderno, se encontró el mayor yacimiento romano de la ciudad. Durante años no se avanzó en el proyecto y el solar se utilizó únicamente como aparcamiento.
Más de treinta años de espera hasta que, finalmente, en 2004 se llevó a cabo un concurso internacional para dar una solución a la remodelación de la plaza, construcción del nuevo mercado y protección de los restos arqueológicos. El alemán Jürgen Mayer se hizo con el concurso con un proyecto no exento de polémica, tanto por su estética innovadora en pleno centro histórico de Sevilla, como por, mucho más importante, el sobrecoste millonario sobre el presupuesto inicial.
La mayor estructura de madera del mundo, cuya forma recuerda a unos hongos, aloja por fin el nuevo mercado de abastos, a la vez que acoge en su sótano un museo, “Antiquarium” con los restos romanos hallados. Dispone también de zona de restauración y sus pasarelas en la zona superior constituyen un mirador desde el que disfrutar de 360 grados de vistas espectaculares sobre toda la ciudad de Sevilla.
¡Como ves, una plaza de lo más completa!

Plaza de Santa Isabel
Esta no es tan conocida como las anteriores, no está incluida en grandes listados y se encuentra un poco más apartada de todas las demás, pero quizás precisamente por eso la plaza de Santa Isabel tiene un encanto especial. Sencilla, pasando desapercibida para muchos, es un rinconcito en el que detenerse un rato a contemplarla y disfrutar de su quietud.
Casi toda la atención de la plaza se la lleva la fachada del convento de Santa Isabel, que durante la desamortización sirvió como prisión de mujeres y reformatorio. Junto a la portada, la fuente central y los granados la convierten en el sitio encantador que es.

Una vez recorridas las que para mí son las diez plazas más bonitas de la ciudad de Sevilla solo te queda salir a la calle, mapa en mano, y lanzarte a conocerlas todas en persona y disfrutar del paseo.
Después, cuéntame, ¿cuál es tu favorita?
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