Si vienes a Si Phan Don, y más concretamente a Don Det, corres el riesgo de quedarte aquí atrapado por tiempo indefinido.

Si vienes a Si Phan Don, y más concretamente a Don Det, corres el riesgo de quedarte aquí atrapado por tiempo indefinido.
Tras 450 km y tres días sobre una moto, te alegra haber descubierto una de las cosas más bonitas y divertidas que tiene Laos: la libertad del Thakheh Loop.
Aunque la gente en países como Australia o Nueva Zelanda pueda ser más distante que en otros continentes, en cualquier parte se encuentra gente dispuesta a tenderte una mano.
¿Cómo es vivir sin una pierna? ¿Cómo es, de repente, levantarte y tener que cruzar un puente de madera con una prótesis y una muleta? ¿Cómo se acostumbra uno a la pérdida de una extremidad?
Después de abandonar Luang Prabang pones rumbo a uno de los destinos más turísticos de Laos haciendo autostop, por ahorrar algo de dinero y ver qué gente conoces.
Cualquiera de las Luang Prabangs es bonita, la bonita y la de verdad. Es bonita la mires por donde la mires y parece que la pusieron ahí adrede.
Cierra los ojos y piensa un deseo. Ahora imagina la forma más bella en la que te gustaría estar pidiendo ese deseo. A poco que pienses es fácil que te venga la celebración de Loi Krathong a tu mente.
Llegar a Laos es como meterte en una tinaja de aceitunas o estar en el centro de una lechuga. Todo es verde, no hay otro color.
Chiang Rai tiene su casa negra y su templo blanco, pero entre estos dos conocidos extremos, tiene también una extensa variedad de tonos de gris.
En contra de lo que he escuchado a mucha gente, Myanmar ha sido uno de los países más baratos que he visitado. Lo que me gasté allí, seguramente, es menos de lo que pagas por tu alquiler.